Introducción
Históricamente, en la Argentina se ha basado en que la sola mejora de
las condiciones materiales (mejores vehículos, más multas, más y mejores
rutas y asfalto) solucionaría la problemática de la seguridad vial. Sin
embargo, para hacer efectiva una mejora en la conducta vial de los
ciudadanos se debe poner en marcha un verdadero proceso democrático de
transformación cultural.
En efecto, la mayoría de los siniestros viales en nuestro país se
producen por fallas o defectos en la conducción, lo que nos obliga a
revisar de manera permanente la forma en que se otorgan las licencias de
conducir.
La Agencia Nacional de Seguridad Vial del Ministerio de Transporte de
la Nación - creada por la Ley 26.363 en el año 2008- tiene como
principal objetivo reducir la tasa de siniestralidad vial en la
Argentina. Desde su creación, dicho organismo ha desempeñado un rol
clave en la interiorización de las normas viales, los límites y los
castigos a su infracción, así como en el impulso e implementación de
políticas públicas orientadas a generar la transformación de las
conductas viales de los argentinos.
Asimismo, es de valiosa importancia el rol que desempeña el consejo Federal de Seguridad Vial. Con sede en la Agencia Nacional de Seguridad vial e integrado por un representante de cada provincia, un representante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un representante del Poder Ejecutivo Nacional, constituye un ámbito de intercambio, concentración y acuerdo respecto de las Políticas de Seguridad Vial para la República Argentina.
Asimismo, es de valiosa importancia el rol que desempeña el consejo Federal de Seguridad Vial. Con sede en la Agencia Nacional de Seguridad vial e integrado por un representante de cada provincia, un representante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y un representante del Poder Ejecutivo Nacional, constituye un ámbito de intercambio, concentración y acuerdo respecto de las Políticas de Seguridad Vial para la República Argentina.
La implementación, en 2010, de la Licencia Nacional de Conducir (LNC),
que unificó los criterios y requerimientos para la obtención del permiso
para conducir, fue una iniciativa de la ANSV que forma parte de una
política de estado integral orientada a lograr la homogeneización de las
normas que ordenan la práctica vial de todos los ciudadanos bajo los
principios de universalidad, igualdad, seguridad y responsabilidad.
Hasta la creación de la LNC, se advertía la existencia de muchas
licencias descentralizadas en autonomías municipales, con heterogeneidad
de criterios y situaciones que permitían un alto grado de disparidad en
cuanto a los otorgamientos, costos, requisitos, vigencia y categorías. Y
lo más importante, permitía que personas que habían sido inhabilitadas
para conducir en una jurisdicción pudieran sacar una licencia en otra.
La nueva Licencia se asienta sobre tres pilares fundamentales:
conformar una base de datos completa, confiable y accesible que permita
chequear en línea si el solicitante tiene una licencia en otra
jurisdicción del país; unificar criterios y requisitos para su
tramitación y, por último, desarrollar un formato y diseño únicos que
permitan la tarea de las autoridades de control, eviten la falsificación
y brinden más seguridad al ciudadano. Hasta marzo de 2015 se llevaban
emitidas en todo el país 8.485.434 millones de licencias, en 446 Centros
de Emisión, alcanzando al 75% de los habitantes.
En definitiva, la implementación de la LNC generó no sólo una mayor
eficiencia en la habilitación para conducir, sino que fundamentalmente
nos permitió tener conductores más responsables, con aptitud y
conocimiento. Y, por otra parte, facilitó la tarea de las autoridades de
control, contribuyendo a reducir la tasa de siniestralidad vial en
nuestro país.
La creación del Curso Nacional de Educación Vial responde a este mismo
propósito y su objetivo central es que aquellos argentinos y argentinas
que cumplan con los requisitos básicos para obtener la Licencia Nacional
de Conducir, adquieran los conocimientos necesarios para poder llevar a
cabo la conducción de manera segura y responsable.
El curso es de carácter obligatorio y gratuito, y se divide en diez
(10) módulos que fueron desarrollados en una plataforma de aprendizaje a
través de internet. El Módulo 1 plantea los principales lineamientos
para una educación vial responsable; el Módulo 2 define la Licencia
Nacional de Conducir, los tipos de licencia y requisitos para su
obtención; el Módulo 3 abarca el tema de la seguridad del vehículo; el
Módulo 4 tiene como objetivo transmitir las reglas más importantes para
desarrollar una conducción eficiente; en el Módulo 5 se explicitan los
principios generales de la conducción; en el Módulo 6 se definen las
velocidades permitidas; el Módulo 7 se dedica a explicar las señales
viales; en el Módulo 8 se plantean las condiciones psicofísicas que
todos los conductores deben respetar para conducir de manera segura; por
último, en los módulos 9 y 10 se explican las prohibiciones,
responsabilidades y deberes de los conductores y el régimen de sanciones
por incumplimiento, respectivamente.
Una vez finalizado dicho curso y comprendidos sus contenidos, todas
aquellas personas interesadas en obtener y/o renovar su Licencia
Nacional de Conducir deberán solicitar un turno en el Centro de Emisión
de Licencias o dependencia municipal más próxima a su domicilio para
poder rendir el examen teórico en el que se evaluarán los contendidos
presentes en los diez (10) módulos descritos anteriormente. Asimismo,
deberán aprobar el examen práctico y el estudio de aptitud psicofísica
correspondiente que completan la evaluación y habilitan el otorgamiento
del permiso de conducir.
Educación vial
En este primer módulo se busca poner énfasis en los usuarios de la red
vial, es decir, aquellas personas que la transitan, cualquiera sea el
medio o la forma que utilicen para desplazarse. Desde esta perspectiva,
se puede afirmar que todos (seamos peatones, pasajeros o conductores)
somos transeúntes.
Como ciudadanos que transitamos el espacio público tomamos decisiones
que impactan en la vida individual y social, dado que nos comportamos
con prudencia o sin ella, preservamos o ponemos en riesgo la vida propia
y la de los demás. Al mismo tiempo, somos actores capaces de participar
en la construcción de normas, en la regulación del tránsito y en
nuestra sociedad.
El respeto a la normativa vial y la responsabilidad en el tránsito se
resignifican en este marco, ya que se los entiende como parte de un
ejercicio cívico consciente, activo, constructivo. Y la educación vial,
como parte de la propuesta de capacitación de quien desea obtener la
Licencia Nacional de Conducir, se integra, de esta manera, en un
horizonte de sentido mayor: la formación del ciudadano.
La inclusión de contenidos de Formación Ética y Ciudadana busca generar
que los ciudadanos respeten las normas de tránsito por convicción y no
por mera obediencia a la autoridad. Es por ello que el aprendizaje de
las normas de tránsito resulta significativo en la medida en que instala
la reconstrucción de su sentido, contexto de origen y aplicación y
presenta las regulaciones como producto de un consenso social para la
convivencia (y no como algo arbitrario que debe ser aprendido de
memoria).
Es un objetivo lograr que cada persona tome conciencia de que puede ser
agente de salud y agente de riesgo. Esto implica el aprendizaje de
actitudes y comportamientos seguros para la prevención de accidentes,
para el cuidado y la preservación del bienestar psicofísico propio y de
los demás en situaciones de tránsito.
Teniendo en cuenta la importancia de los conceptos de convivencia y
ciudadanía es importante promover el sentido crítico y el comportamiento
solidario para el desarrollo de acciones y trasformaciones del medio en
que se habita. La educación del transeúnte procura generar actitudes y
compromisos responsables y respetuosos en el uso de las vías del
tránsito, en tanto espacio público de convivencia e interdependencia.
La educación vial es, es por tanto, de vital importancia para el transeunte, ya que le permite:
- Circular por la vía pública con conciencia de los derechos y obligaciones que le corresponden al ciudadano.
- Participar de los debates que se originen acerca de las modalidades y las regulaciones de circulación.
- Asumir una actitud de participación crítica y creativa en la resolución de los conflictos que conciernen al espacio público.
En este sentido, es fundamental la preparación del ciudadano para
desempeñar diferentes roles: la formación del peatón, la formación del
usuario de transporte público de pasajeros y la formación del conductor
de vehículos.
Asimismo, hay que considerar la existencia de una amplia diversidad de situaciones de tránsito en las distintas regiones geográficas de nuestro país: no es lo mismo habitar en grandes centros urbanos intercomunicados por autopistas y atravesados por redes de transporte colectivo y ferrocarril, que en ámbitos rurales, surcados por caminos de tierra, en los que circulan autos junto a caballos o carruajes, con escasa presencia de medios de transporte público.
Por otro lado, en un mismo centro poblacional, la circulación varía según el barrio, la hora, la época del año: los vecinos transitan hacia adentro, hacia fuera o a través de su localidad en distintos momentos del día; se desplazan de una ciudad a otra y de las zonas suburbanas o rurales a diario o en épocas de vacaciones.
Todas estas circunstancias requieren de una profunda preparación de los ciudadanos para que comprendan las posibilidades, regulaciones y riesgos de las diferentes situaciones de circulación en las que participan o pueden participar en el futuro.
El tránsito no fue siempre lo que es hoy: vías, automóviles y normas de circulación fueron cambiando, conforme a los avances tecnológicos y a la búsqueda de soluciones para los problemas que se iban suscitando. Los transeúntes también fueron cambiando a lo largo del tiempo. Hoy coexisten muchas maneras de circular y transitar, manifiestas en las costumbres de distintos lugares de nuestro país y del mundo.
Es importante tener en cuenta todo esto y preguntarnos por los cambios, ya que la posibilidad de problematizar situaciones de circulación en la vía pública y de orientar las actitudes de los transeúntes hacia una mayor protección de la vida depende en buena medida de que podamos concebir otras modalidades posibles.
Por ello, es de gran importancia la reflexionar sobre la situación vial a partir de comparar las redes y flujos del entorno cercano con las existentes en otros contextos; de conocer experiencias de otras localidades argentinas o extranjeras, actuales o pasadas y de analizar críticamente propuestas elaboradas desde diferentes organizaciones para disminuir los accidentes.
Un recurso importante para comprender los problemas y desnaturalizar de las conductas habituales es la posibilidad de adoptar diferentes puntos de vista frente a una determinada realidad. En este caso, los conflictos de tránsito se aprecian de diferente modo desde la óptica de los peatones, de quienes conducen vehículos livianos o de los automovilistas.
Suele ocurrir que los transeúntes perciben la eficacia y pertinencia de las redes viales de una manera distinta que los funcionarios del gobierno o quienes están en posición de definirlas. El transporte de pasajeros se evalúa de distinto modo por parte de los usuarios, los empresarios o los trabajadores; el recorrido de una línea de transporte de cargas puede ser indiferente para los habitantes de las ciudades que están en el inicio y el final del viaje y clave para los habitantes de zonas rurales o pequeñas localidades que se ven afectados por su paso.
Geógrafos, urbanistas, abogados e ingenieros analizarán los problemas del tránsito y la circulación desde conceptos y perspectivas disímiles, poniendo en foco diferentes aspectos de una misma realidad. Esto enriquece la comprensión del tránsito ya que sin esta variedad de perspectivas, difícilmente se podrían visualizar alternativas, comprender el sentido de las normas y adherirse a ellas.
Asimismo, hay que considerar la existencia de una amplia diversidad de situaciones de tránsito en las distintas regiones geográficas de nuestro país: no es lo mismo habitar en grandes centros urbanos intercomunicados por autopistas y atravesados por redes de transporte colectivo y ferrocarril, que en ámbitos rurales, surcados por caminos de tierra, en los que circulan autos junto a caballos o carruajes, con escasa presencia de medios de transporte público.
Por otro lado, en un mismo centro poblacional, la circulación varía según el barrio, la hora, la época del año: los vecinos transitan hacia adentro, hacia fuera o a través de su localidad en distintos momentos del día; se desplazan de una ciudad a otra y de las zonas suburbanas o rurales a diario o en épocas de vacaciones.
Todas estas circunstancias requieren de una profunda preparación de los ciudadanos para que comprendan las posibilidades, regulaciones y riesgos de las diferentes situaciones de circulación en las que participan o pueden participar en el futuro.
El tránsito como construcción social e histórica
¿Siempre hubo semáforos? ¿Cuándo se instalaron? ¿Por qué? ¿Siempre hubo accidentes de tránsito? ¿Ocurren en todas partes del mundo? ¿Qué accidentes ocurren con más frecuencia en zonas rurales? ¿Y en la ciudad? ¿Cómo era la organización del tránsito en el pasado?El tránsito no fue siempre lo que es hoy: vías, automóviles y normas de circulación fueron cambiando, conforme a los avances tecnológicos y a la búsqueda de soluciones para los problemas que se iban suscitando. Los transeúntes también fueron cambiando a lo largo del tiempo. Hoy coexisten muchas maneras de circular y transitar, manifiestas en las costumbres de distintos lugares de nuestro país y del mundo.
Es importante tener en cuenta todo esto y preguntarnos por los cambios, ya que la posibilidad de problematizar situaciones de circulación en la vía pública y de orientar las actitudes de los transeúntes hacia una mayor protección de la vida depende en buena medida de que podamos concebir otras modalidades posibles.
Por ello, es de gran importancia la reflexionar sobre la situación vial a partir de comparar las redes y flujos del entorno cercano con las existentes en otros contextos; de conocer experiencias de otras localidades argentinas o extranjeras, actuales o pasadas y de analizar críticamente propuestas elaboradas desde diferentes organizaciones para disminuir los accidentes.
El tránsito desde diferentes perspectivas
Un recurso importante para comprender los problemas y desnaturalizar de las conductas habituales es la posibilidad de adoptar diferentes puntos de vista frente a una determinada realidad. En este caso, los conflictos de tránsito se aprecian de diferente modo desde la óptica de los peatones, de quienes conducen vehículos livianos o de los automovilistas.
Suele ocurrir que los transeúntes perciben la eficacia y pertinencia de las redes viales de una manera distinta que los funcionarios del gobierno o quienes están en posición de definirlas. El transporte de pasajeros se evalúa de distinto modo por parte de los usuarios, los empresarios o los trabajadores; el recorrido de una línea de transporte de cargas puede ser indiferente para los habitantes de las ciudades que están en el inicio y el final del viaje y clave para los habitantes de zonas rurales o pequeñas localidades que se ven afectados por su paso.
Geógrafos, urbanistas, abogados e ingenieros analizarán los problemas del tránsito y la circulación desde conceptos y perspectivas disímiles, poniendo en foco diferentes aspectos de una misma realidad. Esto enriquece la comprensión del tránsito ya que sin esta variedad de perspectivas, difícilmente se podrían visualizar alternativas, comprender el sentido de las normas y adherirse a ellas.
Licencia Nacional de Conducir: Definición
La Licencia Nacional de Conducir es un documento único que la autoridad competente de cada jurisdicción provincial, municipal y de la Cidudad Autónoma de Buenos Aires otorga a un ciudadano con el objeto de habilitarlo legalmente a conducir un vehículo, sea de carácter particular o profesional, previo cumplimiento de los requisitos establecidos por la Ley Nacional de Tránsito 24.449.Clases de licencias
Clase A:
- A.1: Ciclomotores hasta 50 cc.
- A.2: Para motocicletas, ciclomotores y triciclos comprendidas entre cincuenta y ciento cincuenta centímetros cúbicos (50 y 150 cc).
- A.2.1: Motocicletas (incluidos ciclomotores y triciclos) de hasta ciento cincuenta centímetros cúbicos (150 cc.) de cilindrada. Para los menores de 21 años, previamente se debe huaber tenido habilitación por dos (2) años para ciclomotor.
- A.2.2: Motocicletas (incluidos ciclomotores y triciclos) de más de ciento cincuenta centímetros cúbicos (150 cc.) y hasta trescientos centímetros cúbicos (300 cc) de cilindrada. Para los menores de 21 años, previamente se debe haber tenido habilitación por dos (2) años para una clase A.2.1.
- A.3: Motocicletas (incluidos ciclomotores y triciclos) de más de trescientos centímetros cúbicos (300 cc.) de cilindrada.
- A.4: Motocicletas (incluidos ciclomotores y triciclos) de cualquier cilindrada, que sean utilizados para el transporte en cualquier actividad comercial e industrial.
Clase B:
- B.1: Automóviles, utilitarios, camionetas y casas rodantes motorizadas hasta TRES MIL QUINIENTOS KILOGRAMOS (3.500 kg.) de peso total.
- B.2: Automóviles y camionetas hasta TRES MIL QUINIENTOS KILOGRAMOS (3.500 kg.) de peso con un acoplado de hasta SETECIENTOS CINCUENTA KILOGRAMOS (750 kg.) o casa rodante no motorizada.
Clase C:
- Camiones sin acoplado ni semiacoplado y casas rodantes motorizadas de más de TRES MIL QUINIENTOS KILOGRAMOS (3.500 kg.) de peso y los automotores comprendidos en la clase B1.
- D.1: Automotores del servicio de transporte de pasajeros de hasta OCHO (8) plazas y los comprendidos en la clase B.1.
- D.2: Vehículos del servicio de transporte de pasajeros de más de OCHO (8) pasajeros y los comprendidos en las clases B, C y D.1.
- D.3: Servicios de urgencia, emergencia y similares.
Clase E:
- E.1: Camiones articulados y/o con acoplado y los vehículos comprendidos en las clases B y C.
- E.2: Maquinaria especial no agrícola.
- E.3: Vehículos afectados al transporte de cargas peligrosas.
Clase F:
- Automotores incluidos en las clases B y profesionales, según el caso, con la descripción de la adaptación que corresponda a la discapacidad de su titular. Los conductores que aspiren a obtener esta licencia deberán concurrir con el vehículo que posea las adaptaciones y/o equipamiento especial necesario y compatible con su discapacidad.
Clase G:
- G.1: Tractores agrícolas.
- G.2: Maquinaria especial agrícola.
Requisitos para obtener la LNC
Edades mínimas
La Ley 24.449 establece edades mínimas para la obtención de la primera licencia de conducir:- Veintiún (21 años) para las clases de licencias C, D y E. Con experiencia previa de un año para la clase B.
- Diecisiete (17) años para las restantes clases.
- Dieciséis (16) años para conducir ciclomotores, en tanto no lleven pasajero.
Requisitos previos
El aspirante a obtener una Licencia Nacional de Conducir o su renovación, deberá presentarse a los exámenes con: su Documento de Identidad, una Constancia de Grupo y Factor sanguíneo expedida por profesional médico y con el Formulario Único de Seguimiento del Trámite, en el cual deberá constar la asistencia al Curso Teórico-Práctico de Educación para la Seguridad Vial, y la Declaración Jurada sobre el padecimiento de afecciones llenada y firmada por el solicitante.Es necesario tener en cuenta que algunos municipios requieren, según propias ordenanzas, otra documentación ampliatoria, por lo tanto, se requiere solicitar esta información en la jurisdicción a la que el aspirante a la licencia pertenece.
Exámenes
- Psicofísico: el fin de esta evaluación es el de determinar la capacidad física y mental de una persona para la conducción de un vehículo y constatar que la misma no se encuentre afectada por enfermedad o deficiencia alguna, que pueda determinar su incapacidad para conducir.
- Teórico: este examen de carácter obligatorio y eliminatorio tiene como objetivo verificar los conocimientos teóricos que posee el aspirante a obtener la Licencia Nacional de Conducir, sobre Educación Ética y Ciudadana, Conducción, Señalamiento y Legislación.
- Práctico: el examen práctico tiene como finalidad comprobar la idoneidad, capacidad y conocimientos básicos y necesarios para conducir aquel tipo de vehiculo, para el cual se solicite la licencia habilitante.
Requisitos para circular en la Argentina
El conductor debe portar:- La licencia que lo habilita para conducir este tipo de vehículo
- Cédula de identificación del vehículo
- Comprobante de póliza de seguro vigente.
- Placa patente correctamente colocada.
- Comprobante / certificado de laRevisión Técnica Obligatoria.
Requisitos para circular en el Mercosur y en el exterior
-
Mercosur: En el ámbito del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay,
Uruguay y Venezuela) se encuentra vigente la Resolución Nº 35/2002 del
Grupo del Mercado Común, aprobada en nuestro país mediante la Resolución
AFIP 1419/2003, que establece que los vehículos comunitarios del
MERCOSUR, de propiedad de las personas físicas residentes o de personas
jurídicas con sede social en un Estado Parte, cuando sean utilizados en
viajes de turismo, podrán circular libremente en cualquiera de los demás
Estados Partes, debiendo contar el conductor con la siguiente
documentación:
- Documento de Identidad válido para circular en el MERCOSUR.
- Licencia para conducir.
- Título u otro documento oficial que acredite la propiedad del vehículo.
- Comprobante de seguro vigente.
CENAT
El Certificado Nacional de Antecedentes de Tránsito (CENAT) es aquel creado por Disposición ANSV 188/10, que en forma previa a todo trámite relacionado con la Licencia Nacional de Conducir se deberá consultar, a los efectos de verificar si el solicitante posee algún impedimento para conducir, en cuyo caso no podrá obtenerla, de acuerdo a lo que establece la Ley 24.449 en su artículo 14, último párrafo.La información que se obtiene a través de este certificado es la existente en los Registros Nacionales pertinentes, relativa a:
- Las INHABILITACIONES PENALES relacionados con el Tránsito, que brinda el Registro Nacional de Reincidencia Criminal (DNREC) dependiente del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación,
- Las INHABILITACIONES PENALES Y ADMINISTRATIVAS CONTRAVENCIONALES para conducir, que brinda el Sistema Nacional de Antecedentes de Tránsito (SINAT).
- Las INFRACCIONES DE TRÁNSITO, que suministra el Sistema Nacional de Administración de Infracciones (SINAI). Este Certificado es independiente de aquel que debe solicitarse a los efectos de obtener una Licencia Nacional de Conducir para las clases profesionales.
En este supuesto la persona se encuentra imposibilitada para continuar con el trámite, razón por la cual se le informa lo detallado en el formulario y se le entrega el duplicado.
FORMULARIO CENAT CON INHABILITACIONES PENALES EN OCASIÓN DE TRÁNSITO
En este supuesto el solicitante deberá abonar las infracciones del municipio en el cual tramita la licencia, para poder continuar el trámite.
FORMULARIO CENAT CON “LICENCIA RETENIDA”
En este supuesto existe una “Licencia Retenida” por la autoridad de constatación. Esto no bloqueará el trámite, pero el Centro de Emisión de Licencias deberá obligar al solicitante a regularizar su situación previo a continuar con cualquier tipo de trámite.
Componentes de la Motocicleta
- Cuadro: espina dorsal de la motocicleta, a partir del cual se colocan todos los demás elementos que la componen.
- Horquilla: pieza a la cual se une el manillar y la rueda delantera; actúa a su vez de suspensión delantera.
- Tanque de combustible: recipiente que aloja el combustible.
- Horquillón o basculante: pieza que unida al cuadro mediante un eje, sujeta la rueda trasera y uno de los extremos de la suspensión trasera.
- Frenos delantero y trasero: son los encargados de detener la motocicleta, pueden ser de disco o de tambor.
- Pipa de dirección: une la horquilla al cuadro, aloja en su interior unos rulemanes que permiten girar la dirección.
- Sistema eléctrico: basado principalmente en la batería de la motocicleta.
Fuente:
AGENCIA NACIONAL DE SEGURIDAD VIAL |Av. Corrientes 1615 - CABA | (C1042AAC) | Tel. + 54 (011) 5295-2400, Buenos Aires, Argentina
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